17 de mayo de 2024
Si queremos comprender la importancia de los árboles en nuestro entorno, debemos sumergirnos en el equilibrio del recurso natural más importante: el agua. Es bien sabido que los bosques y sus árboles no solo purifican el aire que respiramos, sino que también tienen gran responsabilidad en la conservación del agua. La estructura de sus hojas y sus raíces imponentes los convierten en los pilares que mantienen el equilibrio de los ecosistemas acuáticos y mantos acuíferos.
El ciclo del agua es una de esas maravillas naturales que sostienen a nuestro planeta. Es agua en movimiento todo el tiempo, cambiando de estado líquido a sólido a gaseoso, y dando vueltas por la tierra, el aire y los océanos. Estos procesos naturales actúan de diferentes maneras; por ejemplo, el 20% de la lluvia queda atrapada en las copas de los árboles para luego volver a la atmósfera. Esto tiene efectos paralelos beneficiosos, ya que la intercepción reduce la intensidad de la escorrentía superficial al tiempo que ayuda a filtrar y purificar el líquido que cae. El agua que es liberada lentamente y que finalmente llega al suelo tiene menos sedimentos y otros contaminantes, lo que mejora la calidad general de nuestros recursos hídricos.